El gran retorno hacia adelante: la gobernanza
Calame, P. (2019). Pequeño tratado de oikonomía. Prólogo de Edgar Morin. México: Siglo XXI Editores.
EMPLEADO ORFIS
Nuestro personal: la fortaleza más trascendente
En una instancia como el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz, cada persona y la función que desempeña es pieza fundamental de un engranaje para alcanzar, en la mejor sintonía, los objetivos básicos de la supervisión del gasto público y el fortalecimiento de la gestión gubernamental.
Cada uno de los empleados del ORFIS es fundamental para el buen funcionamiento de la institución.
En esta entrega de la sección de la revista que da a conocer el rostro de las mujeres y los hombres que laboran en el ORFIS, no hablaremos esta vez de una persona en especial, hablaremos de todos, de esos trabajadores que día con día ingresan a la “caja de cristal” que es nuestro edificio y cuya dedicación, preparación y buena disposición ha coincidido con los objetivos y aspiraciones que la administración 2012-2019 ha querido tener como sello distintivo: conformar un equipo de servidores públicos que han trabajado de manera comprometida, íntegra, posicionando entre todos, desde los puestos más sencillos hasta el nivel directivo, al ORFIS a nivel estatal y nacional, logrando una institución que ha ganado solidez, que ha modernizado sus sistemas de seguimiento de la gestión pública, que ha buscado capacitar de la mejor manera posible al personal encargado del control y supervisión de los entes fiscalizables y procurando estar más cerca de la ciudadanía a través de plataformas tecnológicas para garantizar el acceso a la información y difundiendo el quehacer del ORFIS.
El nivel actual del liderazgo del ORFIS se lo debe a sus empleados.
A fin de garantizar la integridad y confiabilidad en las funciones que desarrolla, dentro y fuera de la institución, el personal del ORFIS, tiene por mandato conducirse con independencia, objetividad y rigor técnico, considerando en primer término la honestidad, la ética y el profesionalismo, debiendo ser intachables en el desempeño de su trabajo y preservar la transparencia de los asuntos que tienen bajo su encargo.
El personal del ORFIS, tiene por mandato conducirse con independencia, objetividad y rigor técnico.
Derivado de lo anterior, es evidente que el servicio público implica una gran responsabilidad, porque en esta clase de labor recae la confianza o la desconfianza ciudadana, el ideal es el de una labor limpia, transparente, en la que los recursos que se están administrando o vigilando se apliquen de la manera correcta y que los bienes y servicios que requiere la sociedad lleguen a ella con una calidad indiscutible. El servicio público, cuando es bien llevado, es un estilo de vida, y es un compromiso para todos porque su jefe es la ciudadanía, de la cual él también es obviamente parte.
El servicio público, cuando es bien llevado, es un estilo de vida.
A continuación, el capital humano del ORFIS en números:
En la actualidad, el ORFIS cuenta con 385 empleados:
Personal eventual | 218 |
Servicio Profesional de Carrera | 167 |
TOTAL | 385 |
Se entiende al Servicio Profesional de Carrera, al que se encuentra adscrito una parte del personal del ORFIS, como un mecanismo para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la función pública con base en el mérito y con el fin de impulsar el desarrollo de la función pública para beneficio de la sociedad. El beneficio de tal mecanismo es el de la profesionalización del servicio público, mejorar la prestación de servicios e incrementar la competitividad gubernamental en beneficio del desarrollo democrático del país.
En cuanto a los rangos de edad, se observa que se trata de una institución conformada en su mayoría por personas situadas en el punto medio de su vida, esto es, 40 % tiene entre 31 y 42 años, mientras que los empleados con menor y mayor edad tienen 19 y 74 años, respectivamente.
Rango de edad | Total | % |
19-24 | 9 | 2% |
25-30 | 65 | 17% |
31-36 | 75 | 19% |
37-42 | 82 | 21% |
43-48 | 66 | 17% |
49-54 | 40 | 10% |
55-60 | 22 | 6% |
61-66 | 13 | 3% |
67-72 | 12 | 3% |
73-74 | 1 | 0% |
Total | 385 | 100% |
En cuanto a la distinción por sexo, tenemos una proporción de 4 puntos porcentuales más de empleados varones:
Personal femenino | 184 | 48% |
Personal masculino | 201 | 52% |
No obstante, en la distribución y colocación de hombres y de mujeres en mandos superiores, tenemos 10 puntos porcentuales más de mujeres en puestos de alto nivel dentro del ORFIS:
Personal femenino en puestos de alto nivel | 34 | 55% |
Personal masculino en puestos de alto nivel | 28 | 45% |
Resumiendo, la mayor parte del personal del ORFIS es eventual, en virtud de su edad y de la experiencia que de ello se deriva se encuentra en la etapa de mayor productividad laboral al poder conciliar experiencia y energía; la distribución entre hombres y mujeres está muy cerca de distribuirse en partes iguales, pero en cuanto a los puestos de mayor responsabilidad las mujeres van al frente.
El gran retorno hacia adelante: la gobernanza
Calame, P. (2019). Pequeño tratado de oikonomía. Prólogo de Edgar Morin. México: Siglo XXI Editores.
El término economía, según señala el Diccionario de la Lengua Española viene del latín medieval oeconomia, y éste del griego οἰκονομία oikonomía, de οἶκος oîkos ‘casa’ y νέμειν némein ‘distribuir’, ‘administrar’. De ahí que hasta el siglo XVIII se hablara de oikonomía y no de economía. Este cambio va más allá de una sopa de palabras, y así hemos transitado de un sentido original que hablaba de la buena administración del entorno inmediato (la casa) a una esfera global cuyo funcionamiento enfocado a la máxima explotación de los recursos no está reportando los mejores resultados en el presente y exige una reorientación del rumbo, un cambio de paradigma hacia una forma más humana de ser y hacia acuerdos sobre valores comunes para gestionar un único planeta para todos.
Como señala Edgar Morin en su prólogo a este libro, no es sólo un retorno a las fuentes o a la etimología, desde su perspectiva, la oikonomía es una rama de la gobernanza, los desafíos del presente están más cerca de los que afrontaban las sociedades preindustrializadas, al igual que en el siglo XVIII tenemos que poder generar bienestar para todos dentro de los límites de las capacidades de renovación de la biosfera. Y de ese “retorno hacia adelante” es de lo que habla este libro.
El propio autor, Pierre Calame, señala que en la transición de la economía a la economía general o política, ésta llegó a postularse a algo cercano a la física y a la mecánica y llega a formular leyes que se enuncian como naturales a las que las sociedades simplemente deben someterse, sin reflexionar que tal interpretación es meramente ideológica. Remarca Calame:
Dos siglos y medio después estamos midiendo todas las consecuencias de haber perdido esa «o» tan pequeña. Incluso antes de esa pérdida, los sistemas jurídicos occidentales, rompiendo con la larga historia en la que los individuos y las sociedades se habían reconocido siempre como parte integrante de una comunidad que englobaba a toda la biosfera, introdujeron una distinción radical entre los seres humanos, únicos sujetos de derecho, y el resto de la comunidad. Animales, plantas y lugares quedan reducidos al estatus de objetos puestos a disposición de las sociedades y, por ende, pasan a denominarse «recursos naturales». La economía siguió avanzando en esa dirección. Los grandes criaderos industriales de pollos sólo llevan al máximo el pensamiento de Malebranche, equiparando los animales a simples máquinas.
Y desde entonces, sólo basta mirar lo que hemos hecho con el planeta. No obstante, las sociedades del siglo XXI empiezan a asumir su compromiso y en ello la gobernanza es la eterna pregunta cuyas respuestas tienen que ser inventadas por cada sociedad en cada momento de su historia, como va explicando el autor a lo largo de este libro.
Pierre Calame ha publicado varios ensayos en los que ha elaborado una reflexión que pretende articular la teoría y la acción, la unidad y la diversidad.
Pierre Calame es un ingeniero civil que durante veinte años trabajó para el Ministerio de Infraestructura de Francia, la experiencia acumulada como funcionario de alto nivel la enfocó en su desempeño posterior: durante tres décadas fue director de la Fundación Charles Léopold Mayer, en la que actualmente es presidente honorífico, también preside la asociación Ciudades, Territorios, Gobernanza la cual tiene por propósito actuar como mediador para la promoción e intercambio de experiencias y conocimientos entre profesionales, autoridades, asociaciones y ciudadanía en torno a cuestiones relacionadas con la gobernanza de los territorios y su transición hacia sociedades sostenibles.
Artículos complementarios al libro que aquí se reseña se pueden leer en el blog del autor: